Columbarios
Desde la Casa del Mitreo, a través de un largo corredor flanqueado por cipreses, se llega a un espacio abierto en el que se muestra los distintos tipos de ritos funerarios y las variadas formas que han tenido los emeritenses de recordar a sus muertos a lo largo de la historia.
Al fondo, en una pequeña vaguada, se alzan dos edificios de pequeñas proporciones y que, originalmente, estaban desprovistos de cubierta.
En estos edificios se depositaron las urnas cinerarias de sendas familias, la de los Voconios y la de los Julios. La tumba de los Voconios es de planta cuadrada y la de los Julios trapezoidal, con un espacio triangular añadido, todo él realizado a base de sillares bien canteados. Ambas tumbas están ejecutadas con paramentos de piedra bien recortada (opus incertum), yendo las juntas selladas con un encintado de mortero. Los dos edificios estaban rematados por merlones.
El epígrafe que luce el mausoleo de los Voconios reza: “Gayo Voconio Próculo hizo la tumba a su padre, Gayo Voconio, de la tribu Papiria, a su madre, Cecilia Anus, y a su hermana, Voconia María”. Sobre el epígrafe se representan recompensas militares. La inscripción de los Julios viene a decir: “Gayo Julio Félix, liberto de Gayo. Quinta Cecilia Mauriola, liberta de su mujer. Gayo Julio Modesto, de 27 años”. El mausoleo de los Voconios conserva pinturas que representan a los difuntos y al dedicante.
Siguiendo una vereda, al sur de este conjunto, se encuentran restos de dos mausoleos semisubterráneos con cubierta en bóveda de cañón, construidos en hormigón (opus caementicium). Se accedía a éstos a través de unas breves escalerillas. En su interior se aprecian los arcosolios donde pudieron depositarse las urnas cinerarias.
Este conjunto funerario es del siglo I d.C.
Desde la Casa del Mitreo, a través de un largo corredor flanqueado por cipreses, se llega a un espacio abierto en el que se muestra los distintos tipos de ritos funerarios y las variadas formas que han tenido los emeritenses de recordar a sus muertos a lo largo de la historia.
Al fondo, en una pequeña vaguada, se alzan dos edificios de pequeñas proporciones y que, originalmente, estaban desprovistos de cubierta.
En estos edificios se depositaron las urnas cinerarias de sendas familias, la de los Voconios y la de los Julios. La tumba de los Voconios es de planta cuadrada y la de los Julios trapezoidal, con un espacio triangular añadido, todo él realizado a base de sillares bien canteados. Ambas tumbas están ejecutadas con paramentos de piedra bien recortada (opus incertum), yendo las juntas selladas con un encintado de mortero. Los dos edificios estaban rematados por merlones.
El epígrafe que luce el mausoleo de los Voconios reza: “Gayo Voconio Próculo hizo la tumba a su padre, Gayo Voconio, de la tribu Papiria, a su madre, Cecilia Anus, y a su hermana, Voconia María”. Sobre el epígrafe se representan recompensas militares. La inscripción de los Julios viene a decir: “Gayo Julio Félix, liberto de Gayo. Quinta Cecilia Mauriola, liberta de su mujer. Gayo Julio Modesto, de 27 años”. El mausoleo de los Voconios conserva pinturas que representan a los difuntos y al dedicante.
Siguiendo una vereda, al sur de este conjunto, se encuentran restos de dos mausoleos semisubterráneos con cubierta en bóveda de cañón, construidos en hormigón (opus caementicium). Se accedía a éstos a través de unas breves escalerillas. En su interior se aprecian los arcosolios donde pudieron depositarse las urnas cinerarias.
Este conjunto funerario es del siglo I d.C.